El modisto inaugura mañana en Gijón su muestra basada en los 'Cubos de la Memoria'.
La casualidad hizo que Agustín Ibarrola y Miguel Marinero coincidieran en Llanes una tarde de 2004. Por aquel entonces, el pintor y escultor vasco ya llevaba adelantada una de sus obras más destacadas, los 'Cubos de la Memoria'. Con ella puso un toque de color a los bloques de hormigón que protegen el puerto y, casi al instante, inspiró al diseñador llanisco de adopción. Casi en el mismo momento en el que Miguel Marinero vio a Ibarrola trabajar, se acercó y entabló conversación. Al final, le pidió permiso para crear una colección inspirada en su obra. La misma que ahora, doce años después, se podrá disfrutar en forma de exposición en la Iglesia de la Laboral de Gijón.